La mágia tras banbalinas



 La vida del obrero no es fácil, día tras día luchas con la responsabilidad de tener que levantarte a las 7 am para ir a contabilizar esos abultados cheques de firmas ostentosas, corregir esos balances desorganizados, cargar facturas de compras innecesarias.
 La vida del obrero; lejano parecía cuando te escabullías por los pasillos de tu casa hasta el living para ver, en el mayor de los silencios, los dibujitos animados con la esperanza de que tus viejos no se despertaran y te dijeran: - ¿Que hacés otra vez acá? ¡Ni los pájaros se escuchan! A LA CAMA, ¡YA!
En tu ensoñación vez como la luz atraviesa las ventanas dejando ver las pequeñísimas partículas de polvo que inocentes pululan por el aire. Recuerdo el brillo de sus furiosos ojos con una pizca de gracia. Su bata mal atada y las pantuflas de garras que tanto le gustaban.
 A veces pienso que lo mas engorroso de esta tirana vida de obrero es cuando te das cuenta que te duelen partes del cuerpo que ni sabias que existen, como la parte gordita del antebrazo que de tanto acarrear bolsas termina en una tendinitis incontrolable, y el huequito de la rodilla, ese que hace crack cuando subís y bajás las escaleras.
 Pobre iluso... Lo más despreciable, lo que más me molesta de todo es la frase: “Del 1 al 10”. De pensarlo me da ganas de mandar todo a la mierda y volverme mochilero. Pero el capitalismo funciona si nos convence de que nos necesita para seguir funcionando, ¿o no? Sino porque creen que estoy acá mirando por la ventana de la oficina viendo como se mueve el polvo y pensando en mi vieja mientras espero que la maldita impresora imprima el maldito documento para poder malditamente mandarlo a la fotocopiadora.
 El obrero es fiel a su labor; el tachero con olor a perfume de carwash no puede no preguntarte cuando te subís, no importa la hora sea, ¿ y? ¿Día largo, no? Con esa sonrisa indirecta que te lanza desde el espejito retrovisor orgulloso de ser quien te lleva a tu casa. Mi favorita es la panadera del barrio, que cuando paso arrastrando los pies por la puerta me recibe con un: - nene tengo algo especial recién salido del horno para vos. Virgen santísima de las panaderías, nunca me canso de esa bella y gratificante satisfacción de matecitos con algo salido del horno.
 Días y noches interminables del mismo circulo vicioso, la misma rutina que te permite darte esos dulces y sabrosos gustos burgueses, ese cable super pro HD megadeth, la birra más fría calientemente dulce amargada como el que te lo vende, el celular J mequierovolverchango 10 con cámara frontal cuatrifoco. Ese círculo en la que el obrero se mete sin querer queriendo pero que por pura casualidad agarra la curva sin mirar para los costados y no choca más que con la cruda verdad de la realidad de que en 15 días tiene que empezar todo el circo para llevar el pan a la mesa.
 Por eso hoy, vengo a presentarles mi propio vicio desprendido de las pinceladas violentas del ciclo de la vida. Mi obra maestra.

 Director, que comience el show!

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