Caída libre y retroceso

Es el nerviosismo que sentís cuando jugás al dominó o cuando hacés una pirámide de cartas. La menor brisa podría tirar todo al carajo o, por el contrario, la emoción de cada pieza perfectamente ubicada te juegue en contra. Cada carta de tu pirámide se sostiene por casi arte de magia y cada piecita del dominó se pone en pie por la delicadeza del movimiento. Da felicidad ver como pieza a pieza, carta a carta vas creando un paisaje que se levanta ante tus ojos aunque en la última pieza derribes todo tu dominó o destruyas tu pirámide porque una vez terminada ya no sirve de nada. La sensación de victoria ronda en uno hasta después de haber dejado todo en su lugar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

1.22 am y contando

Un despertar sin fin

Las 7 vidas de los gatos